La investigación constituye un componente transversal del currículo que apunta al desarrollo de competencias para la formulación de proyectos claramente definidos, así como al diseño de metodologías, trabajo en equipo, construcción de enfoques, desarrollo de innovaciones y la búsqueda de alternativas para solucionar los problemas. La investigación en los programas se articula necesariamente con los procesos de investigación institucional y profesoral, a través de estrategias como la vinculación de los estudiantes en proyectos interdisciplinarios, el diseño de opciones de profundización coherente con las líneas de investigación de los programas y la generación de cursos electivos que, además de contribuir a la profundización profesional, se orienten a reforzar los trabajos de investigación que adelantan los estudiantes. Por su parte, la formación investigativa se entiende como un proceso articulado a la formación profesional, con el fin de sensibilizar al estudiante hacia actividades de descubrimiento e innovación y a proporcionar las herramientas básicas para el diseño y desarrollo de proyectos.
A su vez, la investigación formativa asume un carácter flexible y se realiza a lo largo del proceso educativo, a través de diversas estrategias. Una de ellas es la vinculación de los estudiantes a proyectos (como auxiliares de investigación o jóvenes investigadores), en semilleros, a eventos académicos investigativos (congresos, seminarios, encuentros investigativos, etc.) bajo la orientación de los docentes o de expertos en las distintas áreas o componentes de la formación.